Click aquí para ver al minotauro en el laberinto
Click aquí para volar por el cielo como îcaro
Una de las ideas que desde siempre ha inspirado al hombre, es la de volar libre como un ave. Si las personas hubiéramos nacido con esta capacidad, probablemente nuestra historia se habría escrito de manera muy distinta, seguramente hubiéramos logrado mayores avances al poder explorar y llegar a los lugares mas inhóspitos, o tal vez por el contrario nos hubiéramos vuelto mas hostiles con el medio ambiente, ya que muy seguramente nuestra ciencia habría evolucionado para construir ciudades tan altas como la histórica torre de Babel, en donde la Biblia relata como los hombres en su deseo de querer alcanzar el cielo, fueron castigados con la confusión de lenguas y terminaron dispersándose. De igual manera la mítica historia de Ícaro, encerrado junto a su padre en el laberinto de Creta que resguardaba a un minotauro, y que al querer escapar de este lugar, es deslumbrado por la belleza del firmamento, y elevándose con sus alas construidas con cera y plumas de ave, hasta el punto en que los rayos del sol derritieron sus alas, cayó al mar perdiendo así la vida. Si la naturaleza es tan sabia como para tener el control de las estaciones del año, las traslaciones, rotaciones, etc., entonces es por algo que el hombre no posee alas, probablemente ya nos hubiéramos exterminado, al pretender llegar tan alto.
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Una de las ideas que desde siempre ha inspirado al hombre, es la de volar libre como un ave. Si las personas hubiéramos nacido con esta capacidad, probablemente nuestra historia se habría escrito de manera muy distinta, seguramente hubiéramos logrado mayores avances al poder explorar y llegar a los lugares mas inhóspitos, o tal vez por el contrario nos hubiéramos vuelto mas hostiles con el medio ambiente, ya que muy seguramente nuestra ciencia habría evolucionado para construir ciudades tan altas como la histórica torre de Babel, en donde la Biblia relata como los hombres en su deseo de querer alcanzar el cielo, fueron castigados con la confusión de lenguas y terminaron dispersándose. De igual manera la mítica historia de Ícaro, encerrado junto a su padre en el laberinto de Creta que resguardaba a un minotauro, y que al querer escapar de este lugar, es deslumbrado por la belleza del firmamento, y elevándose con sus alas construidas con cera y plumas de ave, hasta el punto en que los rayos del sol derritieron sus alas, cayó al mar perdiendo así la vida. Si la naturaleza es tan sabia como para tener el control de las estaciones del año, las traslaciones, rotaciones, etc., entonces es por algo que el hombre no posee alas, probablemente ya nos hubiéramos exterminado, al pretender llegar tan alto.
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